jueves, 16 de julio de 2015

Sopocachi Gourmet


No pretendo saber todo, ni siquiera mucho, pero lo que sé que quisiera compartir. Los paceños siguen con la resaca del festejo del 16 de Julio, sobre todo los residentes en otros departamentos.

Entre tantas cosas que se destacan de la Sede de Gobierno está la comida típica. Lo primero que se viene a la mente seguramente es el famoso Plato Paceño, y a continuación el Thimpu, Chairo o más recientemente el Ají de Fideo. O tal vez algo más urbano y rápido como las tucumanas o las llauchas.

Sin embargo, yo, sumándome a los homenajes gastronómicos por las fiestas julianas me quiero concentrar en una sola zona, Sopocachi, el barrio bohemio por excelencia, yo diría del país.

Comienza cuando se acaba El Prado, por lo tanto calza en un recorrido ideal para comenzar a conocer la fascinante ciudad de La Paz.

En lo que toca a nuestro tema, la comida gourmet cuenta con una amplia variedad de ofertas, que van desde restaurantes de comida nacional, vegetariana, fusión, hasta comida internacional. Podemos encontrar excelentes sitios de gastronomía peruana, argentina, brasileña, cubana, italiana, española, francesa, alemana, suiza, china, coreana, árabe, tailandesa, mexicana, estadounidense y muchos más que mi memoria no llega a registrar, porque además es tan dinámico el asunto, que se abren nuevos locales cada tanto.

Esta vez me referiré solo a tres: Reineke Fuchs, La Comedie y Maphrao On. Todos en Sopocachi, en la órbita de la Plaza Avaroa, y muy cerca uno de otros. Los dos primeros están a una cuadra uno del otro y a cinco del tercero.

El Reineke Fuchs se podría traducir como Reynard el Zorro, un personaje de cuentos infantiles creado en la Edad Media, muy popular en Alemania.

El restaurante en cuestión se encuentra en el coqueto Pasaje Jáuregui (No 2248), aunque cuenta con una sucursal en San Miguel, en la Zona Sur, y otra en La Guardia, en Santa Cruz. En una casona antigua de Sopocachi han recreado lo que bien podría ser una taberna de Munich. Realmente es un ambiente acogedor.

Como es previsible, su especialidad es la comida alemana. Jamones, salchichas y chucruts prevalecen en el menú. Son muy prácticos los sártenes que ofrecen, combinando diferentes tipos de embutidos tradicionales como la Bockwurst o Bratwurst o la clásica salchicha blanca (Weisswurst), con chucrut y papas salteadas. La mostaza es el aderezo ideal y el maridaje perfecto se consigue con una cerveza fabricada en el mismo local, sea clara (helles) u oscura (dunkel).
Clásico sartén de salchichas del Reineke Fuchs

Otro plato muy recomendado es el Nudo de cerdo, plato muy típico de la gastronomía germana.

Podríamos decir que a la vuelta del Reineke, en otro pasillo, se encuentra La Comédie (Pasaje Medinacelli No 2234). Es decir, se cruza la avenida 20 de Octubre, se avanza unos pasos y de pronto, entrando al pasaje uno se encuentra con un edificio en forma de proa de un barco.

Adentro, un patio nos hace recordar a una comarca medieval de la campiña francesa. Las mesas rústicas de madera igualmente brindan un ambiente acogedor. Como buen restaurant francés, La Comédie destaca en su menú el pato al horno, ya sea en sus variantes de magrait o confit.

También son altamente recomendables los platos de cordero, ya sea en guisos o también al horno. No obstante, el chef tiene ofertas diarias que pueden llegar a sorprender. A mí me tocó disfrutar, por ejemplo, de un 'Poulet au four', literalmente un pollo al horno, entero, con verduras y papas cocinadas junto a la misma carne como guarnición. Luego siempre hay sugerencias de platos franceses hechos con productos nacionales como trucha, llama o quinua.
El pato al horno, especialidad francesa.

Y para no perder la onda, huelga decir que cuentan con una selecta bodega de vinos, tanto nacionales como argentinos, chilenos y también franceses. Pedir otra bebida allí es casi un pecado.

Finalmente, bajando por la calle 6 de agosto hacia la avenida Arce, también en una esquina y en un pasillo (Hermanos Manchego 2586), se yergue Maphrao On. Es un edificio de madera que nos remite a algún lugar de Asia que no es China ni Japón, tal vez Vietnam, que es la referencia más cercana que nos llega vía cine y TV. Y si bien su menú es variado e interasiático, podríamos decir, es básicamente un restaurante tailandés. La palabra Maphrao en tailandés significa coco. Y es que la leche de coco es esencial en la gastromía 'thai'.

El local por dentro tiene un decorado muy particular sobre la base de objetos reciclados, pero con una estética esencialmente asiática que se complementa con una selección de música de ambiente lounge o chill out de artistas asiáticos o con instrumentos y ritmos del lejano oriente.

En esa dinámica, los platos son clásicos de la cocina tailandesa como el Pad Thai, a base de arroz frito, camarones y brotes de soya, o el picante Nam Prik Pao, una salsa de ajíes con camarones secos, cebollas y ajos. El curry tailandés, pollo y salmón en leche de coco son otros platillos recomendables.


Salmón en salsa thai, de Maphrao On


Esta vez, jugos naturales o un sake japonés son las recomendaciones para acompañar y finalizar este tour gastronómico por el cosmopolita barrio paceño de Sopoachi.

Augusto Oliva Canelas
Sibarita Digital

Bienvenid@s

¿Comer para vivir o vivir para comer? Ese parece ser un dilema que no pocos seres humanos en el Mundo tienen, pero sí, la minoría de la población. La mayoría no como solo para vivir, sino incluso para sobrevivir. Y no estamos hablando del problema del hambre en el planeta, estamos hablando de los hábitos alimenticios de la mayoría de la población, sobre todo la clase trabajadora.

El ritmo frenético de trabajo, los desafíos impuestos y autoimpuestos, el culto a la competitividad, de pronto hace que dejemos de lado ciertos placeres, ciertas satisfacciones, ciertos gustos que también contribuyen a nuestro crecimiento. Hablamos de música, del cine, del deporte, de los paseos, de las visitas, las tertulias, de tantas cosas, y en nuestro caso... de la comida.

En Mordisco Guía Gourmet creemos que una buena comida no es la que alimenta el cuerpo, sino la que alimenta el alma. 

No queremos llegar al extremo épico que relata el filósofo y chef francés Michel Onfray, que tras sufrir un infarto con solo 28 años escribió un tiempo después: "En un arranque de heroísmo, declaré, como para tener la última palabra antes de expirar, que prefería morir comiendo mantequilla que alargar mi existencia con margarina". Nos gustaría más bien desterrar los mitos de que comer "rico" es insano y caro, por lo tanto inaccesible para la mayoría de los mortales.
Michel Onfray

Nuestra pretensión está más cercana al escritor cochabambino, Ramón Rocha MonroyCrítica de la Sazón Pura Todos los Cominos Conducen Aroma, libros que muestran su pasión por la gastronomía. Aunque a diferencia de Onfray, Rocha Monroy es de usar más la servilleta que el delantal.

"Por lo demás, no sé cocinar, soy un degustador más de salsas que de carnes y un paladar abierto a todos los sabores. Quizás por eso soy cronista gastronómico, un escritor que difunde el placer vicario de comer sin sentarse a la mesa y estimula las papilas gustativas y el sentido del gusto de sus lectores", declaró hace un tiempo a un diario. Algo así pretendemos en Mordisco Guía Gourmet, sean bienvenidos y bienvenidas.

Augusto Oliva Canelas
Sibarita digital